sábado, 7 de mayo de 2011

FERNANDO CHECA RETOMA LA OBRA DE VELAZQUEZ


Fernando Checa Cremades (Madrid, 1952)es un historiador  del arte y profesional en diversos ámbitos de la museografía española. Es especialista en la pintura barroca del siglo XVII y en las relaciones de la monarquía hispánica con el arte.
Ha obtenido el Premio Nacional de Historia en 1993, que podemos considerar el lógico reconocimiento por su destacada trayectoria en la publicación de estudios sobre el arte español y los correspondientes contextos históricos, como pintura y escultura del ­renacimiento en España (1983), Carlos V y la imagen del héroe en el renacimiento (1987), La imagen impresa en el renacimiento y el manierismo (1.ª parte del tomo XXXI de la colección «Summa ­Artis», 1987), Felipe II, mecenas de las artes (1992),Tiziano y la monarquía hispánica.
Usos y funciones de la pintura veneciana en España. Siglos XVI y XVII (1994), Las maravillas de Felipe II (1998), Carlos V. La imagen del poder en el renacimiento (2000) y El emperador Carlos v, a caballo, en ­Mühlberg, de Tiziano(2002). 
Por su labor estudiando el arte español bajo la Casa de Austria, ha sido el protagonista de varias exposiciones sobre el tema en las que constantemente ha intentado contextualizar el fenómeno artístico en el marco histórico-político correspondiente

Diego Rodríguez de Silva y Velázquez 
Sevilla, hacia el 5 de junio de 1599 – Madrid, 6 de agosto de 1660, conocido como Diego Velázquez, fue un pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal.



Pasó sus primeros años en Sevilla, donde desarrolló un estilo naturalista de iluminacióntenebrista, por influencia de Caravaggio y sus seguidores. A los 24 años se trasladó a Madrid, donde fue nombrado pintor del rey Felipe IV y cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores de la corte. A esta labor dedicó el resto de su vida. Su trabajo consistía en pintar retratos del rey y de su familia, así como otros cuadros destinados a decorar las mansiones reales. La presencia en la corte le permitió estudiar la colección real de pintura que, junto con las enseñanzas de su primer viaje a Italia, donde conoció tanto la pintura antigua como la que se hacía en su tiempo, fueron influencias determinantes para evolucionar a un estilo de gran luminosidad, con pinceladas rápidas y sueltas. En su madurez, a partir de 1631, pintó de esta forma grandes obras como La rendición de Breda. En su última década su estilo se hizo más esquemático y abocetado alcanzando un dominio extraordinario de la luz. Este periodo se inauguró con elRetrato del papa Inocencio X, pintado en su segundo viaje a Italia, y a él pertenecen sus dos últimas obras maestras: Las Meninas y Las hilanderas.





Su catálogo consta de unas 120 o 125 obras. El reconocimiento como pintor universal se produjo tardíamente, hacia 1850. Alcanzó su máxima fama entre 1880 y 1920, coincidiendo con los pintores impresionistas franceses, para los que fue un referente.



Manet se sintió maravillado con su pintura y lo calificó como «pintor de pintores» y «el más grande pintor que jamás ha existido».
La parte fundamental de sus cuadros que integraban la colección real se conserva en el Museo del Prado en Madrid.





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